La tampografía, un proceso de impresión ampliamente utilizado para imprimir en superficies convexas, se emplea comúnmente en teclados, detalles de automóviles y otros objetos con diseños no muy complejos. En este artículo, exploraremos en detalle cómo funciona este método de impresión, sus aplicaciones y comparaciones con otros métodos.
¿Cómo funciona la tampografía?
La impresión tampográfica es un proceso en el cual se transfiere una imagen 2D a un objeto 3D. Este proceso implica el uso de una almohadilla de silicona que transporta la tinta desde una placa de impresión hasta el objeto. Estas planchas pueden ser de acero o nailon, siendo el acero el material más común. La tinta se deposita en las planchas de impresión, no en la almohadilla, asegurando una calidad constante en la impresión. Es crucial realizar planchas de impresión de alta calidad para garantizar resultados óptimos.
El diseño se graba en las planchas de impresión de acero, seguido de un proceso de limpieza para evitar transferencias no deseadas de tinta. Antes de la impresión, se añade tinta a las planchas, utilizando colores Pantone debido a la naturaleza directa de la transferencia de tinta. La cantidad de colores suele ser limitada a dos debido a la complejidad de fabricación de las planchas.
Para imprimir, la almohadilla de silicona, ajustable en tamaño, transfiere la imagen desde las planchas al objeto. Dado su material flexible, se adapta fácilmente a las superficies.
¿Para qué se utiliza la tampografía?
Este método se emplea principalmente en superficies convexas y objetos de difícil impresión, como vasos y cajas de plástico. Aunque no es ideal para grandes volúmenes debido a su naturaleza manual, es perfecto para producciones iniciales y pequeñas.